Translate

lunes, 29 de febrero de 2016

Freaks (monstruos o fenómenos victorianos)



      En Gardenias en el lago, otro de los consejos que Blake da al señor Gardner para que su hotel tenga éxito es el de incluir un “fenómeno” entre su personal, aunque, en este caso, no lo dice en serio.  Y es que los fenómenos (“freaks” o “monstruos”) se pusieron de moda en la época victoriana. En este concepto se incluye todo lo que era considerado una rareza humana (personas con todo tipo de anomalías o incluso simplemente personas de otra raza). 


       En el siglo XIX, las deformaciones físicas no eran tanto un obstáculo como un talento. En aquella época la deformación física se utilizó para sacar provecho de la misma. Muchos de los artistas o intérpretes que trabajaron  en los “Museos de diez centavos” pudieron conseguir un trabajo con un buen salario, casarse y tener una vida relativamente feliz.



      Los museos de diez centavos fueron creados siguiendo el modelo del Museo Americano de P. T. Barnum en Broadway, que presentaba “curiosidades” humanas, así como muchas exposiciones inusuales y cuestionablemente “científicas”. En muchos aspectos eran como las barracas de circo, y en ellos destacaban los “Freaks” humanos que mostraban sus extrañas fisonomías  a los visitantes boquiabiertos.



     Estas personas no solo triunfaron en el mundo del circo o expuestos en feria, sino que incluso se pusieron de moda las retratos fotográficos, que se vendían en forma de Tarjetas de Gabinete y fueron muy populares, ya que, por su precio, también podía adquirirla la clase media. 



     El fotógrafo más destacado en este oficio fue Charles Eisenmann (Alemania,1855-Nueva York, 1927 ), que triunfó en la década de los 80 y tenía situado su estudio en el distrito Bowery de NuevaYork. En esa época en el distrito de Bowery convivían una mezcla ecléctica de artistas, gente de paso y prostitutas. Charles Eisenmann empezó a realizar retratos fotogáficos de mostraban a gente que se exhibían en los famosos “museos de a diez centavos” en la década de 1870. 



    Al mismo tiempo  que fotografiaba a gente “normal” de forma convencional, Eisenmann continuó trabajando en su archivo de “Freaks” dura Los “freaks” que acudían al estudio de Eisenmann tenían sus motivos. Vestidos con uniformes de cuello alto y vestidos de la época victoriana, Eisenmann, en sus retratos intentaba mejorar cuidadosamente la “rareza” física de los diferentes modelos. Sophia Schultz, “La Enana Fat Lady” era una asidua al estudio de Eisenmann. En algún momento durante la década de 1880, comenzó a dejarse crecer el vello facial, hecho que fue reforzado con trazos de lápiz. Fanny Mills había nacido con un bello rostro y unos pies gigantescos. Fanny llegó al estudio con una dote de 5000 $  en efectivo y una “granja bien surtida” en Ohio otorgadas por su padre, quien desesperado, intentaba encontrar algún hombre soltero dispuesto a tomarla como esposa.  Personas con apariencias sorprendentes habían tenido una vida increíble. Es el caso de Myrtle Corbin “cuatro piernas”, una mujer que había tenido 2 y 3 hijos de cada una de sus dos vaginas.



     En el libro Monstruos de la Edad de Oro (1979), aparecen muestras de su trabajo sobre rarezas humanas que trabajaban en el circo Barnum & Bailey. Un imagen que tuvo gran difusión fue la de Jojo el muchacho con cara de perro. A pesar de una parte de sus fotografías eran falsificaciones evidentes (“monstruos” trucados), muchas otras eran realmente individuos con anomalías, incluyendo el gigante Goshen Ruth, Myrtle Corbin, la niña de cuatro piernas, las siamesas Millie y Christine...




     En fin, que la diferencia daba de sí económicamente, y que lo en otro momento se ha podido considerar una maldición, en esta época producía beneficios.



3 comentarios:

  1. ¡Gracias por el artículo! :-) Supongo que entonces los Museos de diez centavos serían muy distintos a los llamados <>, donde por lo que he leído, las condiciones eran pésimas.
    ¡Espero que estés pasando un feliz fin de semana! :-)

    ResponderEliminar
  2. Aunque fueran distintos, no dejaban de ser vejatorios. Pero también es cierto que las personas con rarezas no tenían muchas opciones y, claro, colaboraban a ello.

    ResponderEliminar
  3. Por cierto, yo también espero que tu fin de semana haya sido estupendo ;) El mío, corrigiendo, 'uf!

    ResponderEliminar